La plataforma musical co-fundada por Sean Parker consuma su fusión con Rhapsody y desaparece doce años después de su creación.
Napster, el decano de los servicios de intercambio de archivos P2P y uno de los mayores impulsores del formato MP3, ha puesto definitivamente el cartel de “cerrado”. La herramienta desaparece integrándose en su anteriormente rival Rhapsody, en la actualidad el servicio musical más grande de Estados Unidos.
Rhapsody anunciaba la adquisición de Napster el pasado 3 de octubre, adelantando entonces que esta última firma se diluiría en su organización tras cerrarse el proceso de compra. Lo que no trascendía entonces (y aún no lo ha hecho) era la cuantía que Rhapsody le había pagado a Best Buy, propietaria de Napster desde 2008.
Napster, fundada en 1999 por el emprendedor Sean Parker y otros inversores de Silicon Valley (los hermanos John Fanning y Shawn Fanning), se creó como un servicio de intercambio de archivos peer to peer, principalmente usándose para compartir contenidos musicales. Fue quizás la primera plataforma que inició el debate entre los defensores de la propiedad intelectual y aquellos que abogan por la cultura libre.
Pocos meses de su apertura las discográficas pusieron el grito en cielo al conocer que sus contenidos licenciados circulaban libremente y sin control. Las denuncias de las majors musicales que buscaban ponerle puertas al campo tuvieron, sin embargo, el efecto contrario haciendo que Napster alcanzara los 26 millones de usuarios en 2001. La empresa, de cualquier manera, tuvo que hacer frente a un desembolso de 26 millones de dólares por sus infracciones a derechos de autor con efectos retroactivos
El cierre temporal de Napster, su conversión a servicio de suscripción al ser comprado por BestBuy y la aparición de otras soluciones similares redujeron notablemente su penetración. De hecho, cuando el retailer culminó la operación la herramienta solo contaba con 700.000 prescriptores.
ITespresso