Tener presencia en las redes sociales se ha convertido en una necesidad para muchas personas y empresas. Cuantos más seguidores o followers más prestigio digital, y por ello hay quien está dispuesto a adquirirlos aunque sea pagando.
En Facebook o en Twitter se ofrece la posibilidad aumentar los “me gusta” o los fans a cambio de una cuantía económica, e incluso hay quien ofrece la posibilidad de incrementar las visualizaciones de los videos de YouTube. Sin embargo, ¿es recomendable esta práctica?
Los expertos en marketing digital son reacios a esta manera artificial de ganar popularidad porque aseguran que es mejor poco tráfico, pero de calidad. Demasiados seguidores de “pega” no implica un verdadero seguimiento de la página web ni un incremento del beneficio que se pretenda buscar, como por ejemplo el aumento de las ventas si es un e-commerce, o conseguir más visitas si es un blog.
También hay que tener en cuenta cómo se consiguen esos fans. Existen empresas específicas dedicadas a este negocio, no obstante algunos expertos dudan de sus métodos. Hay quien apunta que tras estas prácticas se encuentran verdaderos especialistas que crean cuentas falsas en las redes sociales, que son las que luego emplean para originar esos supuestos seguidores. Es decir, detrás de estas cuentas no hay una persona real, son perfiles ficticios que en jerga digital se conocen como “zombies” o “bots”.
El riesgo de estas cuentas es que suelen ser empleadas por los ciberdelincuentes para obtener información de otros usuarios mediante las peticiones de amistad, links falsos, etc. Y además pueden emplearse para propagar virus o enviar spam masivo, siempre con la misma finalidad: obtener datos de interés.
De todas formas, los delincuentes no siempre consiguen sus objetivos. Las redes sociales más importantes suelen tener sistemas para detectar estas cuentas falsas. De hecho, son fáciles de localizar porque generalmente no interactúan y apenas muestran actividad.
Respecto a la legalidad o no de la compra de seguidores no hay una posición clara, ya que es una cuestión que atañe a la moralidad del empresario o particular y a las buenas prácticas en Internet. Lo que sí queda al margen de la ley es la utilización de este reclamo por parte de ciberdelincuentes para crear cuentas “zombie”y obtener información. Las actuaciones de este tipo pueden denunciarse, ya que sí constituyen un delito.
Los entendidos en marketing digital consideran que es mucho más ventajoso conseguir auténticos seguidores mediante la generación de contenido de calidad. En general, el éxito en Internet puede obtenerse si se sigue una buena estrategia de marketing online y se siguen unas pautas específicas que generen tráfico y visibilidad.
Fuente: delitosinformaticos.com