Después de tres años de investigación, Google ha decidido finiquitar un proceso que ponía en el ojo del huracán al servicio Street View, una herramienta de mapeo que ofrece información detallada sobre pueblos y ciudades a través de fotografías al detalle. Hace un tiempo trascendió a los medios que entre 2008 y 2010 los coches de Google, encargados de rastrear y obtener toda la información en carretera, recogieron datos muy privados. Concretamente, se indicó que habían recopilado contraseñas y datos personales de las redes inalámbricas domésticas: a las que todos accedemos desde nuestra oficina u hogar. Investigado el tema, ya en 2013, Google Inc. ha llegado a un acuerdo para pagar la friolera de 7 millones de dólares, lo que serían 5,3 millones al cambio, a los estados que denunciaron el caso. Google también se ha comprometido a destruir la información recogida en Estados Unidos y está estudiando qué hace con los datos que recopiló desde sus coches en territorio europeo.
Pero, ¿por qué recopiló Google esta información privada? Pues bien, según las justificaciones de la propia empresa, estos datos fueron recogidos por culpa de un fallo en el software de los coches. Debido a esta incidencia (según Google) se almacenó información sobre las redes WiFi de los ciudadanos. Se trataría de datos SSID, la información que identifica la red y que en ocasiones puede coincidir con el nombre de su propietario o con el de la empresa. A esto hay que añadirle direcciones MAC o el número de la dirección fija de los router. Estos datos podrían resultar especialmente relevantes para Google, puesto que le ayudarían a mejorar el geoposicionamiento de los teléfonos móviles. Sea como sea, la de Mountain View ya ha indicado que nunca ha utilizado estos datos en su beneficio. Eso es lo que esperan los 38 estados y el Distrito de Columbia, destinatarios de los más de cinco millones de euros reclamados. Al mismo tiempo, Google ha querido anunciar que destruirá de manera definitiva la información recogida para frenar cualquier sospecha o suspicacia en torno a esta polémica cuestión. Veremos qué es lo que ocurre en Europa.
No hay que olvidar que en su momento, España también denunció los problemas con Street View. Corría mayo de 2010 cuando la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) abrió una investigación para determinar si Google estaba cometiendo o no infracciones a la hora de recopilar información sobre las redes WiFi de particulares desde sus famosos vehículos. El gigante de las búsquedas pidió disculpas en su momento, pero la investigación continuó abierta hasta octubre del mismo año, cuando la Agencia decidió abrir un procedimiento sancionador por la captación de datos personales de las redes WiFi para Street View. Y es que tras la investigación se detectaron distintas prácticas que según la AEPD infringen la Ley de Protección de Datos.
En total fueron subrayadas dos infracciones graves y tres muy graves, como la captación y almacenamiento de datos sin consentimiento. La Agencia verificó que se habían recabado datos de localización de redes WiFi con identificación de sus titulares y de datos personales como direcciones de correo electrónico (con nombre y apellidos), mensajes asociados a dichas cuentas, datos sobre servicios de mensajería, códigos de usuario o contraseñas. El informe fue tramitado al Juzgado de Instrucción nº45 de Madrid conforme a la legislación, de modo que será la justicia la que tendrá que dirimir si las prácticas de Google vulneran o no la intimidad de los ciudadanos.
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