La red por la que navegamos habitualmente solo es una pequeña parte de lo que podemos encontrar en internet. Existe una web secundaria u oculta, llamada Deep Web o Internet Profunda, donde el acceso es restringido. Por este motivo, las dimensiones de esta red son muy difíciles de calcular, aunque los expertos suponen que es muy superior a la que conocemos.
¿Qué podemos encontrar en la Deep Web? Existen billones de páginas que la mayoría de usuarios no ha visto nunca, de las temáticas más diversas, aunque es conocida por ser el lugar donde se ocultan páginas relacionadas con actividades ilícitas como tráfico de drogas, órganos y personas.
En el concepto tradicional de internet, los buscadores indexan constantemente contenidos de millones de webs para trasladarte los resultados de búsqueda más precisos de páginas estáticas y que son indexables. Lo que contiene la Deep Web son páginas dinámicas, que son las que se generan, por ejemplo, cuando haces una consulta a una base de datos. En una base de datos, los rastreadores de los buscadores no pueden seguir hipervínculos que les vayan a llevar a un contenido más profundo, así que no se rastrean. Se calcula que el 54% de las webs de la Deep Web son bases de datos. Entre las más importantes se encuentran la de la NASA o la de la Oficina de Patentes y Marcas. Otro ejemplo de páginas alojadas en la Deep Web son páginas privadas que cobran una tarifa por acceder a ellas, como LexisNexis, que contiene documentos gubernamentales, o Westlaw, una base de datos especializada en información jurídica.
Otro 13% de la Deep Web lo componen las intranet, que son redes internas de organizaciones como empresas o universidades, a las que solo tienen acceso los miembros.
Tor se puede considerar el rincón más oscuro de internet. Aquí, se puede acceder a webs secretas que necesitan un software especial para acceder. Se usa Tor para actividades en la red que no se quiere que sean rastreadas. Se lanzó en 2002 con el nombre de The Onion Routing (TOR), y fue creado por el Laboratorio de Investigación Naval de EEUU para comunicarse de forma anónima en la red.
Se utiliza para conversaciones secretas, incluso de índole política, aunque en los últimos diez años también se ha convertido en un espacio donde confluyen mercados negros que trafican con droga, pornografía, contenidos piratas…
Aunque los usuarios de a pie no nos demos cuenta, la importancia económica de la Deep Web aumenta progresivamente hasta ser una gran fuente de intercambios ilícitos masivos.
Más del 90% de los contenidos compartidos en internet se encuentran en la Deep Web, un profundo océano digital donde millones de usuarios acceden a contenido restringido o de dudosa legalidad. Aunque en un primer momento no está concebida para este uso, es el lugar donde se esconden los usuarios que quieren acceder o proporcionar contenidos oscuros o no quieren ser rastreados.
Fuente: delitosinformaticos.com